Versión: Gabby De Cicco
“Lo bello supera la inteligencia, y sin embargo, toda cosa bella nos ofrece algo que comprender, no solamente en sí misma, sino en nuestro destino”. -Simone Weil-
sábado, mayo 10, 2014
Poema XVII Adrienne Rich
Versión: Gabby De Cicco
jueves, enero 03, 2008
Lecturas de comienzo de año
- "Qué es el Zen" de Suzuki.
Distintas selecciones de haikus.
domingo, agosto 13, 2006
Alejandra Pizarnik: diario personal
26 de septiembre:
(...) Son las cuatro de la tarde. ¡Oh, sol! ¡Oh, árboles humildes plenos de verde! La primavera se me presenta como una epopeya popular que extrae todo hacia un exterior horroroso.
la flor es la voz de la tierra.
el viento es un trozo de oxígeno disfrazado de fantasma, que vaga silbando una canción que nunca pasa de moda.
una cerda es una señora burguesa, muy gorda, que fue raptada por los indios que reducen los cráneos de los blancos pero que con ella se salieron de la norma acostumbrada y le redujeron todo el cuerpo; luego de rasurarla, la encerraron... pero se olvidaron un rizo en el trasero.
el reloj es un viejo que murió de un ataque al corazón y luego resucitó (para vengarse de los que se sentían molestos con el ruido de sus latidos).
Alejandra Pizarnik
28 de septiembre:
(...) ¿Quién me enseñó el nombre de Shakespeare? Nadie. Nací con este nombre grabado a priori en mi nebulosa, ¡«Esto» es eternidad!
Alejandra Pizarnik
lunes, marzo 20, 2006
Cabalgata de lecturas De Cicco
Lo mío se parece hace: Tuñón, Girondo, Juan L. Ortíz, Beatriz Sarlo, Gramuglio, Perlongher en la pila, ahora Arlt, y seguirán...
Hace unos días le entregué a Martín Prieto el trabajo escrito sobre González Tuñón, y creo que mi tema oral el 23 (día que rindo) será Pizarnik.
Los ojos me arden, pero bueno, dormí un par de horas de siesta y pienso seguir adelante.
Además ya estamos volviendo a nuestros espacios y tiempos, ya que me tía está en su casa del el sábado último.
Qué bueno, sólo un día falta para el Otoño; amo su aire, amo sus colores, me devuelve vida.
martes, febrero 07, 2006
Reflexiones sobre La lesbiana argentina
Aquí transcribo los post!:
"fictionality
Wouldn't it be cool if we suddenly all found out that Plain Layne was real after all and she wasn't Odin Soli?
I was thinking too about how Gabby calls La Lesbiana Argentina a blognovela. Is it really not her life? How fascinating... Maybe I should make up some fictional bloggers, and see what it's like to "be" those other people. Maybe it would be like protection, like the way that Jo and I were talking about how sheer volume of writing gives us obscurity and safety; my fictional selves would make everyone doubt my "real" self on this blog and people would figure I was making myself up all along. I could claim experimental fiction as my cover story for anything outrageous or offensive I might have said.
January 23, 2006 | Permalink | Comments (5) |
Y Lizz Henry:
"As I continue doing huge amounts of poking-around and researching and blog-reading and note-taking, for the new BlogHer site -- I'm writing about Latin American women's blogs -- I keep noticing women popping up in multiple identities, newly linked in the last year or so, just like me and my web presence... Gabby of La lesbiana argentina, hooking herself up with her other self at Pont des Arts;...."
Tags: lesbianas, lesbiana, feminismo, blogging, blogonovela, fiction
lunes, noviembre 28, 2005
Biblioteca personal: "Del natural", de Sebald
Terminé de leer "Del natural (Poema rudimentario)" - Nach der Natur (Ein Elementargedicht), y mi primera reacción fue la de saltar sobre un libro de poemas de Hölderlin, no porque Sebald lo mencionara explícitamente en su poema, sino porque hay ciertos pasajes que me hacen volar hacia versos de Hölderlin.
¿Qué leeré de este vate, después de este "poema rudimentario"? Qué decir de este texto dividido en tres momentos, tres vidas, tres historias: la de un pintor (homosexual), la de un botánico y la de Sebald mismo, tamizado con las historias familiares.
Cabalgando entre la poesía y la prosa, este bello y extraño libro, respira rápido y ácido. Me dejó un sabor muy amargo, que quizá coincide con que el sábado murió una amiga, a causa de un cáncer, y su partir, ya forma parte de "lo natural" de la vida, pasando a otro estado.
Dice Sebald en la parte XIV del segundo poema:
"Al morir pierden los astros
en el cuerpo su cualidad, su tipo, su sustancia
y su esencia, piensa Steller, el médico,
lo que ha muerto no vive ya.
¿Qué significa eso, la physica, se pregunta, qué
el iusiurandum Hippocratis,
qué significa la cirugía, qué el arte
y la razón cuando la vida
se desmorona y el médico no tiene ya
poder ni medios? Ahí
–enla noche–, la luna está en su cuarto
de noviembre y una pared de agua empuja
al barco contra las rocas.
(...)"
Página 63 de este libro publicado por Anagrama, España, 2004.
Entrevista con Sebald.
Actualización del 29/11 a las 16 hs.: lo que leí de Hölderlin esta madrugada fueron "Las grandes elegías", ed. Hiperión.
viernes, septiembre 09, 2005
She's back
Pero no. Ella pasaba horas realizando otros trabajos, por los cuales podía comer, beber, dormir, seguir teniendo casa, volver a comprarse libros, trabajos que no eran necesariamente literarios.
Lidiar con las noticias, con lo cotidiano, desbarrancarse en el alud del activismo, la había alejado un poco de esa “magia”, de ese “infierno”, de esa “fiesta” que puede llegar a ser la escritura.
Adrienne Rich había enseñado en uno de sus ensayos que toda crítica literaria feminista (especie de monstruo mitológico, señala la escritora) debe leer todo aquello relacionado con las mujeres: panfletos, revistas de acción, libros, saber qué pasa en el mundo, no sólo leer libros literarios.
Ella lo sabía, pero esa enseñanza se fue haciendo carne, mientras un pedido de Diana Bellessi la seguía: “Vos no dejés de hacer versitos”.
Así nuestra escritora encontró en el espacio de los blogs, un lugar donde poder mixturar en palabras aquello que ella es: una sujeta comprometida con la lucha por los derechos de las lesbianas, de las mujeres, y esto poder hacerlo desde la palabra.
Menos acción en el campo de ¿batalla? Un poco más de reflexión. Descansar y volver al gusto de leer, de perderse en versos y en historias.
She’s back.
martes, julio 19, 2005
Grito, por Wittig / Zeig
Las amantes vociferan, gritan desaforadamente, aúllan, protestan, se desgañitan, se fatigan, sollozan, gimen, mugen, braman, maúllan, llenan el aire con sus estridencias, gruñen, ronronean, rugen, chiflan, roncan, susurran, ululan, halagan, pían, murmuran, canturrean, gorjean, gorgotean, graznan, arrullan, suspiran. Todos estos gritos se efectúan al hacer el amor o simplemente al dedicarse a alguna tarea.
Monique Wittig / Sande Zeig
del libro "Borrador para un diccionario de las amantes".
jueves, enero 20, 2005
Poesía: Haikus
Una de las tantas definiciones que se han ensayado respecto a esta forma: "El haiku no expresa pensamientos o ideas sino la realidad honda de las cosas, su esencia misma, y se basa en la intuición, en la simplicidad, y a un mismo tiempo evade la intelectualidad" (Osvaldo Svanascini en el prólogo a su edición, "Breve antología de la Poesía Japonesa", editorial Fraterna, 1984, Buenos Aires, Argentina.)
Noche extensa:
El agua repite
Mi pensamiento
-Gochiku-
Frío en el puente:
La luna y yo
Solos
-Kikusha-In (1752-1826)
Lluvia brumosa:
Hoy es un día felíz
Aunque el Fují esté invisible
-Matsuo Basho (1644- 1694)-
Este camino
ya no lo recorre nadie
salvo el crepúsculo
-Matsuo Basho (1644- 1694)-
martes, enero 18, 2005
Miedo al feminismo
Se está armando un interesante debate, pero lo bueno fue que tiraron el dato de un artículo que pude localizar en internet, Fear of feminism, de Lisa Maria Hogeland y que aprovecho a linkear aquí para que aquellas que sepan inglés lo puedan leer y desde allí pensar qué sucede por estos lados, cada vez que nos preguntan por qué somos feministas, y por qué esa pregunta nos suena como hecha con mala onda.
Yo casi siempre siento eso cuando otra lesbiana me pregunta por qué soy feminista. A veces, las menos, es verdadera curiosidad y quieren escucharte, otra veces no.
martes, enero 11, 2005
Poetas románticas alemanas: Karoline von Günderode
Las cartas están en un tomo "Antología de románticas alemanas" de editorial Cátedra. Los poemas de las autoras están bilingües, no así las prosas.
Yo a Karoline llegué por Alejandra Pizarnik, ya que a ella le gustaba mucho esta poeta, y hasta le dedica un poema.
Allá por 1994 me conseguí el tomo de sus Poesías completas (francés/alemán) que se llama "Rouge vif". Es una autora de una poética muy intensa, que va hacia lo profundo:
"Cependant Un seul en discerne la signification profonde,
Pour lui seul ce sont des symboles, des signes extérieurs;
Ils lui parlent, quoique tous gardent le silence."
"Doch Einer ihren tiefern Sinn erkennt,
Ihm sind Symbole sie mur, äuBre Zeichen;
Sie reden ihm, obgleich sie alle schweigen."
Del poema "Dédicace" (Zueignung)
Más poesía en alemán
La novelista Christa Wolf escribió una novela, "En ningún lugar. En parte alguna", en donde imagina el encuentro de Karoline con Kleist. Lamentablemente nunca pude dar con ese libro. Tengos varios de la Wolf, pero ese se me ha negado. Lo había editado alfaguara en aquellas viejas ediciones de tapas azules.

Si llegan a dar con ella en algún idioma posible, que la disfruten!
viernes, enero 07, 2005
Lesbianas y vejez
Se reúnen en círculos reducidos, cultivan amistades duraderas y parejas de 20 años. Nacieron en épocas donde ni siquiera se daban cuentan qué les pasaba. Hoy, con familia y nietos, se atreven a enfrentarlo en una sociedad como la chilena. Acá te presentamos diferentes testimonios que hablan de algunos mitos y cómo a los 60 y tantos, se sienten renovadas.
Por Erika, redacción RS
A Clarita, de 68 años, no le gusta que tenga la grabadora encendida cerca de ella, y cada tanto mira de reojo para corrobar si está grabando o ya la apagué. "Es que me da susto por mi hijo, me ha dicho cosas terribles, pero a pesar de eso, soy feliz"...»
jueves, diciembre 02, 2004
Tarde de libros
Pues bien, encontré varios, pero me decidí por La caída de América, en editorial Visor. Por suerte Ire se puso muuy contenta!
Buscando otras cosas dí con una gran sorpresa. ¿Recuerdan que unos cuantos posts atrás pegué un texto de Jünger sobre los relojes de arena, que había encontrado en la web? Hete aquí que en la librería me encontré con el volúmen El libro del reloj de arena, en Tusquets, profusamente ilustrado. Es un libro de 1957. Y estoy más que contenta con este autoregalo. También me compré Austerlitz de W. G. Sebald . Es para iniciarme en la lectura de este narrador y poeta. He aquí una nota sobre Sebald aparecida en el Diario de Poesía, y traducida por Mirta Rosenberg.

Más sobre Jünger
martes, noviembre 30, 2004
¿Cómo hacer? Pero se hace...
Y una sigue, además, con su vida. Con sus lecturas. Con sus deseos. Y está bien que así sea... pero me pregunto, aún me pregunto, cómo hago para pasar de esa noticia, o de aquella que habla del linchamiento de una mujer en africa y que para colmo nos mandaron fotos... de esas que sacan los canas en el lugar del crimen... digo: cómo hago para pasar de eso a la antología de Henri Michaux que hoy saqué de la biblioteca de Letras, o cómo vuelvo al libro de Paolo Virno que estoy devorando cuando tengo tiempo. Y cómo a la vez poder concentrarme y seguir corrigiendo los parciales de lit. europea II y ver qué dijeron las y los alumnos sobre Frankenstein.
Este cambio de frecuencias vitales, intelectuales me hace pensar mucho en las diferentes maneras que tenemos de sobrevivir, de tener algo de placer. De cómo vamos armando nuestro recorrido intelectual-vital. Para mi va muuy junto eso.
Abro al azar Michaux y leo: "Laberinto, la vida, laberinto, la muerte". No more words.
domingo, septiembre 26, 2004
El hambre de las iguales
Si esto es así, no podemos trabajar solas. Más nos vale enfrentar el hecho de que nuestra esperanza de pensar, contra la fuerza de una visión del mundo mutilada y mutilante, depende de la búsqueda y la entrega de nuestra fidelidad a una comunidad de mujeres compañeras trabajadoras. Y más allá del intercambio y de la crítica del trabajo, debemos preguntamos cómo podemos hacer posibles las condiciones para trabajar no sólo para nosotras sino para todas. No es una cuestión de generosidad. No es generosidad lo que hace que las mujeres en comunidad se apoyen y nutran entre si. Es más bien lo que Whitman llamó "el hambre de los iguales” – el deseo de un contexto en el cual nuestras propias preocupaciones sean amplificadas, aceleradas y aclaradas en cooperación con aquellas que son nuestras iguales".
-Adrienne Rich-
AR: Lo que sé lo aprendí haciendo poemas
Algunos poemas de Rich
lunes, septiembre 20, 2004
Del diario personal de Pizarnik
(...) Son las cuatro de la tarde. ¡Oh, sol! ¡Oh, árboles humildes plenos de verde! La primavera se me presenta como una epopeya popular que extrae todo hacia un exterior horroroso.
la flor es la voz de la tierra.
el viento es un trozo de oxígeno disfrazado de fantasma, que vaga silbando una canción que nunca pasa de moda.
una cerda es una señora burguesa, muy gorda, que fue raptada por los indios que reducen los cráneos de los blancos pero que con ella se salieron de la norma acostumbrada y le redujeron todo el cuerpo; luego de rasurarla, la encerraron... pero se olvidaron un rizo en el trasero.
el reloj es un viejo que murió de un ataque al corazón y luego resucitó (para vengarse de los que se sentían molestos con el ruido de sus latidos)."
una Página de Alejandra Pizarnik

miércoles, agosto 25, 2004
Listita de libros y caminata
- AA.VV.: El Opus Dei la restauración católica, Le Monde Diplomatique: $6.-
- Pierre Bourdieu: Campo de poder, campo intelectual: $8.-
- Leonardo Da Vinci: Tratado de pintura: $10.-
- Artaud: El ombligo de los limbos y el pesanervios (dos con idea de regalar): $7.-
- E. M. Forster: Una habitación con vistas (novela en la que se basaron para hacer la peli "Un amor en Florencia"): $3.-
- Emile Durkheim: Las reglas del métdo socioógico: $6.-
- Confesiones de Escritores: Los reportajes de The paris review: $8 c/u:
1) Poetas y 2) Escritoras.
martes, agosto 17, 2004
Relojes de Arena
Me fascinan esos objetos. ¿Qué me encuentro buscando alguna imagen para linkear? Un texto de Ernst Junger, autor alemán que me gusta mucho. Y así me vengo a enterar que él también los coleccionaba.
Aquí va el fragmento que encontré en la net:
'Relojes de Arena' fue publicado a raíz de su muerte en el diario El País.
El lector conocerá sin duda esos estados de ánimo y esos ambientes en los que un objeto, que tanto puede ser uno del que nos servimos a diario como uno al que sólo dedicamos una fugaz mirada, se pone a hablarnos y se nos vuelve así simpático. Es el inicio de todas las aficiones y de todos los coleccionismos. Empezamos a profundizar en el objeto y vamos adentrándonos en su interior. Entonces él nos revela sus secretos; y si tenemos paciencia, hallaremos que un secreto sigue al otro. Aun la flor más pequeña tiene raíces en lo infinito, y lo que las descubre es la afición que sentimos por ella. Lo inaparente de las cosas es sólo un velo que las disimula.
Algo así me ha ocurrido a mí con los relojes de arena. El primero me lo regaló Klaus Valentiner, quien, como tantos otros amigos queridos, desapareció en Rusia, por desgracia. Durante mucho tiempo estuve mirando aquel reloj como uno de esos objetos curiosos que nos gusta tener encima de las estanterías o entre los libros. Hasta mucho más tarde no me llamó la atención, en el curso de mis trabajos nocturnos, que de aquella «ampolleta» -de aquel Stundenglas, aquel «vaso de horas», como también se llama en alemán el «reloj de arena»-, que estaba allí encerrada entre sus fusiformes olumnillas de hierro como en una jaula de grillos, se desprendía una calma peculiar, una vida tranquila. Aquel opalino brillo suyo, aquella sutil veladura que mostraba y que también encontramos en los vasos antiguos desenterrados en las excavaciones, ¿se los habían proporcionado a aquella ampolleta los muchos años que tenía? Sin ruido iba escurriéndose de un recipiente de vidrio al otro la blanca arena. En el de arriba se ahuecaba formando un embudo y en el de abajo se abombaba en forma de cono. Aquel montículo que allí iba creándose con instantes perdidos podía tomarse por un consolador signo de que el tiempo se esfuma, ciertamente, pero no desaparece. En la profundidad va enriqueciéndose.
A menudo se ha subrayado ese parentesco de la ampolleta, del «vaso de horas», con la calma de los estudios eruditos y con la grata atmósfera doméstica. De las dos cosas poseemos el testimonio de grabados célebres: Melancolía y San Jerónimo en su celda, de Durero. Vemos en el primero a un caviloso ángel que sostiene con una mano un compás y se encuentra rodeado de instrumentos fáusticos entre los que aparecen cristales, balanzas, series de números. Contra un fondo cósmico arde un fuego de alquimista. El segundo de los grabados nos muestra a san Jerónimo escribiendo en su celda. El mobiliario lo componen libros, candelabros, vasijas, hojas de papel cubiertas de anotaciones, una calavera, un crucifijo. Debajo del banco hay un par de zuecos; la luz del sol penetra a través de los cristales emplomados.
En ambos grabados resulta notable un gran reloj de arena, un verdadero «vaso de horas». En ambos el reloj se encuentra a mitad de su recorrido, lo que quizá significa que la mirada del grabador ve plenamente entregados a su actividad tanto al ángel como al santo. Con ello está en consonancia el que en el grabado Melancolía la balanza se halle en equilibrio, la campana oscile, el fuego arda. Nos encontramos en las profundidades del tiempo.
Por Ernst Jünger .
jueves, agosto 12, 2004
El primer libro
Me gustaría saber cuál fue el primer libro que cada una/o de ustedes leyó!!!
Besos,
viernes, julio 30, 2004
Relato de medianoche
Riendo se aleja la mano; el hecho de la mano riéndose se aleja del cuerpo que pugna por rozar la voz que la diga, de una vez para todas.
¿Esposibleeso? se pregunta comiéndose la frase como hacía con sus uñas hace tiempo atrás.
Sílaba por sílaba deletrea su propio relato. Lo que importa decir y lo dicho. Aquello que desnude su alma ante los chacales (siempre hay. siempre están)
Lo piensa mejor, y deja la pluma virtual. Se levanta, recorre el pasillo que la lleva hacia la cocina. Se sirve un poco de juego de naranja, y vuelve. Pasa de nuevo frente a la biblioteca y se detiene frente a nombres amados: Seferis, Celan, Rilke, Ritsos. Las mujeres están en otra biblioteca y en otro cuarto. Cuarto propio del amor y de la lectura de esos y otro cuerpo. El de la amada. El que es posible. El que no necesita ser escrito, sólo besado.
